Diario de mi otra vida

Estaba con Natalia M., y tenía un sobrino que era rubio y alto, había crecido mucho. Su cara había cambiado de forma considerablemente

Estaba con mi primo Nicolás P. en medio de la montaña toda nevada y teníamos que hacer una procesión para que bajar los precios de los colectivos o tuviéramos que viajar gratis. La marcha consistía en caminar todo el día por la nieve, yo tenía pantalón corto y chancletas. Natalia M. estaba preocupada por como estaba vestido, iba a tomar frío, yo igual tenía que hacerlo.

Una compañera de facultad de mi hermano Matías M., la cual no conozco ni he visto, había echo un trabajo práctico en el cual, se había sacado una sesión de fotos pornográficas junto a su padre. Ella trabajaba como actriz porno.

Habían salido nuevas monedas para reemplazar los billetes acorde a la inflación. Las monedas eran doradas plateadas y cobrizas. Habían monedas de 8 pesos que eran grandes del tamaño de una billetera o mas. Eran huecas, tipo marco y con un tirabuzón en el medio.

Con Natalia M. teníamos las entradas para una fiesta. Estaban a nombre de unos vecinos, pero nos las habían regalado porque ellos no iban a poder ir. La entrada del vecino tenía algo que parecía una foto de él, pero la de ella tenía la misma foto así que no había nada por lo que temer. Íbamos rodeando una ciudad oscura y la fiesta quedaba en un castillo antiguo sobre una montaña. Cuando llegamos a la entrada, había mucha gente y estaban eligiendo una Miss Universo. Al entrar, Natalia tenía el miedo que detectaran que las entradas no fuesen nuestras, pero la chica de la boletería ni la miró y nos dijo “¡Pasen!”. Cuando entramos, el acto de coronación se estaba dando en un salón bastante pequeño pero reluciente. Nos fuimos a la parte de atrás del salón donde había laberintos de paredes blancas y de 3 metros y medio de alto con sillones blancos y unas terminaciones en habitaciones blancas y de blancos sillones también. En una esquina medio oscura del laberinto, apareció un hombre de raza...

Me había juntado con amigos en una casa. Estábamos con Natalia M. durmiendo en una cama estilo antigua, cubierta con tela. La cama era de un gordo con pelo largo, lacio y atado con un colín. Usaba remera suelta y pantalones cortos color beige. El gordo, al vernos durmiendo en ella, despertamos. La casa también era del gordo, era grande estilo chorizo antigua. El sólo vivía en una parte. Las otras que daban a un patio interno bastante enorme, eran: una cárcel de recuperación para bebés villeros y otra para perros bebés asesinos, que tenían dientes de tiburón, pero les habían dejado solo 3 de cada lado, por lo que te mordían pero no te lastimaban. En un momento, me di cuenta que Natalia no estaba al lado mío. Traté de llamarla al celular pero no me atendía, estaba con el gordo, se había ido. Me acordé que los padres del gordo trabajan frente a un negocio que conocía, así que fui para allá tomando un atajo por las calles (ellos se habían escapado atravesando un zanjón). Cuando llegué al n...

Estaba durmiendo en la habitación del fondo de la casa de mis suegros, en la cama del lado izquierdo. La puerta de afuera estaba afuera y estaba amaneciendo. Por la puerta apareció un enano maldito, tenía las orejas puntiagudas como un elfo. No tenía apariencia física, era una sombra centelleante. Avanzó hacia la cama rodeándola y acercándose hacia mí por el lado de la mesa de luz. Yo empecé a tener un ataque de pánico, un miedo insoportable. Pensaba “¿Porqué Natalia M. no está al lado mío?”

Estaba con mi cuñada Mariana M., en el garaje de la casa mis suegros a punto de comer. Había tablones con caballetes. Apareció una mariposa blanca amarillenta posada sobre la pared. Sus alas estaban planas sobre la superficie, como si estuvieran pegadas, no pensé que pudiera moverse o salir de ese estado, pero en un momento, levantó sus alas y comenzó a volar despegandose de la pared.

Natalia M. quería hacerse un aro en el ombligo y me pidió que se lo colocara. Era una varilla de 7 u 8 milímetros de diámetro y de unos 4 o 5 centímetros de largo. Era un metal brillante y con secciones como palo de bambú. El arito se colocaba metiéndolo en el ombligo y atravesando el cuerpo hacia arriba y luego bajándolo atravesaba hacia abajo “Ni en pedo te pongo eso” le dije. Natalia se fue y se lo hizo hacer. El ombligo ya no tenía su forma original, se había hecho un agujero que lo atravesaba hasta la espalda “Aproveché porque tengo la espina bífida” me dijo. Alrededor del ombligo tenía unos motivos dibujados hechos con costura, hilo y aguja. “Porque te hiciste eso?” – “Porque me gusta”. Aparte, tenía pensado hacerse unos tatuajes rojos y negros sobre el hombro y el pecho. Entonces pensé en hacerme algo yo. Quería ponerme unos aros tipo grampas doradas pero brillantes esmeriladas, como satinadas. En la oreja quería ponerme aros que rodearan la oreja, dorados intercalados con negro...

Caminaba con Natalia M., por una vereda similar a la verdea de piedra sobre calle Belgrano en la UTN de Mendoza, pero esto ocurría en Santa Fé. Natalia e señaló un cangrejo gigante del tamaño de una mochila en el costado de la vereda - Un cangrejo mirá! - me dijo y se asustó. Quería que nos corriéramos a un costado, no seguir caminando por ahí. Le dije que estaba muerto, porque solo se veían pedazos. El cangrejo comenzó a moverse como inflando y desinflándose, a respirar. Cobró vida y empezó a trasladarse.

Estaba en Santa Fé, pero sin Natalia M. porque ella estaba en Rafaela. Caminaba por una casa antigua parecía un museo. Nos encontramos con un artista muy conocido, que vivía detrás de una puertita que había ahí. Yo ya había conocido su casa antes y le dije "Ah! usted tiene una mesa en Art Decó en la entrada" - "Que poco sabes!" dijo "Conocés tan poco que todo te parece Art Decó, y aparte, no se puede entrar a mi casa!"

Estaba en la facultad pero se parecía a el shopping Mendoza Plaza, entre a una pieza que era un curso, con todas las paredes llenas de telas pintadas de colores. Edgardo C. profesor de tesis de gráfica, estaba corrigiendo. Sentado en un banquito solo y tristemirando hacia el suelo, estaba mi profesor de tesis de producto, Guillermo E. "Está muy triste" me dijo Edgardo y me fuí. Tenía un sentimiento raro de pena y odio al mismo tiempo. Bajando las escalera, habían un montón de mochilas colocadas dentro de un container, era de diseño de productos final. Las mire y dije "como las aprobó si son iguales a una que hice hace mucho" Tenía los mismos cortes y bajadas, el mismo diseño repetido y cambiado de color. Apareció Luciano P. por un costado y me dijo "Eh! Vamos a tomar unos porrones" - "No tengo plata" le dije. "Eh! Culiado! 6 pesos sale un porrón!" y se fué. Yo me quedé medio en trnce porque en realidad si me quería tomar unos porrones ...

Estaba en la tribuna de un estadio, había un niño comiéndose un sanguche y del mismo, salió una abeja que el colocó en la boca de su hermanito, y esta salió y se colocó en mi hombro. La abeja era naranja fosforescente, peluda y muy gorda, como un zángano. Empezó a zumbar en mi hombro al lado de mi oreja con un sonido muy fuerte y molesto, irritante. Yo no podía girar, ni moverme.

Estaba con Xavier B., Carla G. y Valentina C. paseanado por ahí en una casa que era igual a la mía, apareció el hermano de Matias O. , el que ya no pertenecen a su banda. Tenía el pelo lacio y teñido (o desteñido) de blanco. Se puso a hablar con nosotros y decía cosas difíciles de entender pero coherentes sobre el consumismo y el capitalismo. Aparecí en un lugar oscuro con otro grupo de personas, caminábamos entre unas construcciones antiguas por la noche, dentro de lo que parecía una casa antigua de anchos pasillos y habitaciones a los costados. Les dije a todos "Children, let's go to food" un flaco me miró y empezó a reirse, era igual a Owen Wilson y le dije "Buena, no sabía hablar inglés". Me puse a caminar hablando con elchabón y caminando por los pasillos hasta que llegamos a un patio interno, era como una habitación techada pero patio iluminada con luz de día pero de noche de andá a saber donde. La estaban construyendo y tenía cañerías al aire libre y made...

Vivía en una casa con mi familia. La cuadra era blanca y vacía. Solo en nuestra casa había una puerta que ingresaba a un cuarto pequeño. Fuera de la casa, en la calle, había una jauría de 3 perros: uno negro, uno marrón con blanco y un caniche blanco de tamaño grande. Eran perros que te perseguían y al atacarte, te convertías en otra cosa o te mataban o enfermaban. Huíamos de eso. Una vuelta salimos a la calle con mi viejo y aparecieron detrás nuestro. Empezamos a correr dando la vuelta a la manzana. Terminaba de dar la vuelta cuando me dí cuenta que había perdido a mi papá. Miré hacia la calle, y los perros venían de costado, perpendicular a la vereda, hacia mí. Cuando fueron a atacarme pensé "Esto no debe existir" y los perros desaparecieron, se esfumaron en el aire. Ahí tomé conciencia de que yo era el dios de ese mundo, era quien movía las piezas.

Estaba caminando por la calle con José M, compañero de la secundaria. El día era blanco como un día nublado. De repente, del suelo, salió una bola de luz y plasma multicolor. La bola terminó transformandose en una mantis religiosa gigante echa de luz. Yo sabía que esa no era la realidad y José me miró haciéndome entender gestualmente, que debía resistirme a pensar así, porque saldría de esa realidad y no podría verla mas allá de ella, saber que pasaba después, así que seguimos ahí metidos esperando.

Estaba con mi gata Quendi y me dí cuenta que podía reconocer algunos elementos visuales y pocoa poco empecé a ver que podía leer palabras también. Nadie me creía. No podía hablar y contar lo que veía pero yo sabía que lo comprendía. La vi sobre la guitarra como tratando de comprenderla, pero empezó a a rayarla y a hacerle dibujo como si fuera arte. Le dije que no hiciera eso. Comenzó a crecer y a tomar forma humana hasta quedar igual a Natalia M. Era muda pero sabía escribir a unque sus escrituras eran caóticas y las letras parecían escritas con uñas. Escribía todo en un cuadrado en sentido concéntrico en un soporte negro con letras blancas y mayúsuclas. Las escrituras hablaban sobre una muerta que había en la casa, se llamaba Sabrina, Sofina o algo así, su espíritu estaba allí y hablaba con Quendi (ahora con forma de Natalia). Yo le expliqué que los gatos se encuentran en el límite entre la vida y la muerte, por eso podía hablar con ella pero que había que buscar una forma de liberar...

Estaba en un zoológico donde habían puesto una pileta olímpica para que se bañaran los animales. Sin embargo, era utilizada por personas cada año, contrario a como había sido planteda en un princpio. Un par de calles mas adelante, ya todo era ciudad, aunque una ciudad inexistente y el suelo estaba lleno de graffities e inscripciones pequeñitas. Le habían encargado a Arnold Schwarzenegger que las limpiara. Cuando lo ví, media como 2,30 metros y se veía de 30 años como mucho, el pelo un poquito largo, jeans y una musculosa de un color rojizo medio coral pero oscuro. Le pregunté si era él y me dijo que sí y le dí una abrazo. Me contó que lo habían puesto a limpiar el piso - Te estás tomando un descansito - Le dijo mi papá. - Si - dijo Arnold pero con tono de que no lo decía en serio. Mientras limpaiba me mostró un graffiti que hacía un tipo que le pegaba esos ojos locos de cotillón que se mueven para todos lados. Entonces, un graffiti miraba a otro y tenía un significado político.

Estaba con Natalia M. haciendo unos recorridos pero era como una empresa de turismo que llevaba escuela. Yo iba con un grupo de la facultad con los que cursé diseño gráfico aunque no específicamente con quienes mas me juntaba sino todo lo contrario. Nos metieron adentro de una casa antigua y el coordinador hablaba con mucha euforia y emoción exagerada de cada cosa. Detrás de él, había un compañero que le hacía burla porque ya sabía lo que iba a decir. Yo quería hablar pero Natalia me callaba porque se escuchaba todo. Cuando salimos, el grupo de las mas chetas de la facultad, estaba cantando y haciendo una coreografía infantil sobre cuidar la naturaleza y la ecología. Yo le dije a Natalia - Hablan de cuidar la naturaleza y los ricos son los que mas dañan - Y Natalia puso cara de que estaba pensando lo mismo. El lado de afuera era como una minihuerta - pasillo y continuaba a la Avenida del Libertador (continuación de Emilio Civit). En el medio de la calle, había un monumento gigantesco q...

Estaba en un lugar todo cerrado con techo, de un lado tenía una pileta y del otro, un shopping. Estaba con mi madre. Era complicado meterse a la pileta porque por ahí uno pasaba sin permiso o había pagado pero no estaba seguro de pasar, para ingresar había que pasar por un baño gigante de madera llena de gente aseándose. Luego salimos de la pileta, ahora estaba con Xavier B. y nos encontramos a Guido A. y a Celeste B. aunque no nos dieron ni bola.

Estaba todo oscuro, con mi hermana y un par de personas más, que no reconocía porque eran simples siluetas negras, corríamos huyendo de una jauría de perros enromes. Yo llevaba un escudo que era como una revista o una señal de tránsito. En un momento nos rodearon, eran como 5. El jefe de la jauría, era un rotwyler mezclado con pitbull, del tamaño de un león, gordo, robusto y con la cara arrugada en la frente. Me ataco y me defendí con el escudo, fué como si solo me tocara.

Estaba en una juntada con amigos, pasaban muchas cosas raras y sin relación, como paredes desmontables y camas de 6 plazas que en realidad eran pisos. En un momento, me mandaron a comprar pizza, entonces empecé a caminar. Estaba en un pueblito muy pequeñito, era de noche y tranquilo, de clima tibio. En vez de pasar alrededor de una casa, la atravesé por el patio de enfrente y me encontré con una niña pequeña de vestido blanco. Comencé a hablarle y empezamos a hacernos amigos. Empezaron a aparecer mas niñas, eran sus hermanas, como 9 de edades similares aunque escalonadas. Vestían también de vestidos blancos, eran rubias de ojos claros en su mayoría aunque un par eran morochas de ojos negros. La casa de ellas daba hacia afuera por una pared de vidrio y de allí salieron sus dos madres, embarazadas. Eran lesbianas y se inseminaban artificialmente. Me fuí de allí y seguí caminando hasta llegar a un lugar donde me dieron un vasito para que lo llenara. Era un banco de esperma. El doctor que ...

Estaba en mi cumpleaños de 18. Me estaban festejando una fiesta estilo cumpleaños de 15 o casamiento. El salón tenía un techo muy alto y era de noche. Todos estaban de traje y vestido. Estaba la familia de Natalia M. así que aproveché para presentar a las dos familias. Estaban proyectando fotos de mi infancia en una pared pero en realidad era un televisor viejo y chiquito. Salimos todos a fuera porque nos movíamos todos hacia otro lado. Yo no entraba en ningún auto así que me fui caminando. No tenía la menor idea de hacia donde era, pero yo seguía derecho. Encontré a Fernando V. sentado y medio escondido, vestido con remera y pantalón corto. Se lo veía medio abandonado, solo. Le dije - Vamos! - Se paró y vino conmigo. Fernando llevaba un morral negro colgando cargado con ropa y celulares. Yo me acordé que tenía que ubicar el lugar pero no sabía donde así que empecé a buscar mi celular pero no lo tenía. Fernando tenía muchos celulares pero ninguno tenía el número de algún familiar mío o...

Estaba durmiendo y comencé a escuchar gritos de mi madre. Cuando me levanté y fui al cuarto donde estaba, mi mamá estaba boca abajo tirada en el suelo, con convulsiones y un charco de tempera verde que cubría toda la zona donde estaba apoyada. El líquido salía por su boca y nariz.

Estábamos en una calle muy iluminada, con el cielo muy oscuro y había chatarra por todos lados, como un depósito de autos rotos. Íbamos caminando con un grupo de amigos que acababa de conocer. Había una puerta que daba al depósito al aire libre y del lado de adentro, era un galpón gigantesco con pedazos pequeños de chatarra. En ese lugar algo ocultaban, íbamos todos los días a visitarlo porque no teníamos nada mejor que hacer. Una vez, estaba con esos chicos y nos robamos un pedazo de lata cada uno y nos sorprendió un hombre gordo de pelo largo, barba decrecida, y un mameluco de mecánico. Empezamos a correr, todos le devolvieron el pedazo de lata menos yo que seguí corriendo. En el galpón, apareció un OVNI chiquitito con luces, eso es lo que habían estado ocultando. Me dí cuenta que en realidad no estaba viviendo lo que pasaba sino que estaba mirando una serie de televisión sentado en un sillón en un living muy oscuro. Iban por los últimos capítulos. Toda la temporada había sido muy in...

Estaba armando un álbum de fotos y mandé a revelar un par de fotos faltaban. Cuando las vi, no eran las que quería pero igual estaban buenas. Tenían extraños formatos como fondo de negativo tipo película fotográfica, y algunos eran interactivos. Podías recortarlos y superponer figura - fondo y hacer que una persona bailara. En eso, encontré un pelo rojo y lo cloné. Salió un gato que había sido mío hacía mucho. El gato era blanco y tenía enromes y simples manchas rojas como la sangre y negras. Cuando lo acariciaba y movía su pelo en lo zona roja del lado opuesto, el pelo era amarillo y cuando lo hacía con el pelo negro, se volvía blanco. Me enteré en realidad que no había sido yo quien había clonado al gato, sino mi hermano Matías M., que usaba una computadora MSX donde había enchufado una probeta con líquido y ahí sacaba los datos. En la compu salían las cadenas de ADN y el las recortaba y pegaba. Entonces le dije a mi hermano - ¿Y con eso que? ¿Podés clonar cualquier cosa? ¿Me puedo ...

Estábamos en un calle con un grupo de amigos en algo así como un congreso o grupo de trabajo. Caminábamos por una avenida y entre nosotros había un abogado. Tenía un traje azul y un peinado lacio raya al medio. Hablábamos entre nosotros y terminamos en medio de una autopista desértica donde habían autos azules y dorados. El abogado nos invitó a su camioneta que era enorme y azul y nos llevó. Durante el paseo, frenó en una estación de peaje, donde se cruzaron una chica rubia y una morocha aunque no eran atractiva y nos gritaron algo pero no hicimos caso. Llegamos a la casa del abogado y pasamos. Era un edificio grande y viejo por dentro era todo oscuro y las escalera estaba formadas por sillas viejas de caño con madera que cuando pisabas, se rompían y debajo de ellas había paja vieja que se deshacía también.

Estábamos en un calle con un grupo de amigos en algo así como un congreso o grupo de trabajo. Caminábamos por una avenida y entre nosotros había un abogado. Tenía un traje azul y un peinado lacio raya al medio. Hablábamos entre nosotros y terminamos en medio de una autopista desértica donde habían autos azules y dorados. El abogado nos invitó a su camioneta que era enorme y azul y nos llevó. Durante el paseo, frenó en una estación de peaje, donde se cruzaron una chica rubia y una morocha aunque no eran atractiva y nos gritaron algo pero no hicimos caso. Llegamos a la casa del abogado y pasamos. Era un edificio grande y viejo por dentro era todo oscuro y las escalera estaba formadas por sillas viejas de caño con madera que cuando pisabas, se rompían y debajo de ellas había paja vieja que se deshacía también.

Estaba con unos tíos mirando fotos de la infancia, mi tía Sari tenía una melena de rulos afro impresionante. En una de las fotos teníamos que adivinar cual melliza era la que salía. Terminé en un pasillo de madera tallada, era una casa antigua con todo un interior de madera lustrada o barnizada, adentro había una exposición aunque estaba todo vacío. Yo había ido con Natalia M. que me había llevado en auto y estaba presentándome a una amiga, porque me había dejado definitivamente. La amiga me miró y me dijo "me vas a querer por otros 45 años años?", no le repondí, me fuí y hablé con Nati "Todo bien con tu amiga pero el amor de mi vida sos vos" y me volví caminando a mi casa.

Estábamos rindiendo Legislación con Xavier B. y nos hicieron rendir en dos días, uno para el escrito y otro para el oral. Cuando fuimos a buscar la nota, era todo caótico. Estábamos en un galpón iluminado gigantesco, la luz era enceguecedora. Encontramos un libro con las notas. Yo había aprobado, Xavier no, aunque sabía que desaprobaría cuando rindiera el oral, andá a saber que otro día, porque no habíamos estudiado casi nada. En el lugar, comenzaron a repartir diplomas o algo así a un montón de gente que se veían como niños con guardapolvos blancos. Me crucé con un profesor de la facultad que no me cae nada bien y lo traté de esquivar pero íbamos caminando siempre por los mismo pasillos hasta que terminé en el patio de la escuela. Me encontraba con un par de amigos más, miré el patio y les dije "A esta primaria yo venía, pero no me había dando cuenta de nada" Cada aula en realidad, era una casa muy muy antigua en diferentes estilos. Me acerqué a una, era donde había cursado ...

Estaba con un grupo de estudio en la mesa de un living, en un lugar donde filmaban películas pornos, porque ahí, podíamos estar tranquilos y no nos molestaba nadie. Donde estudiábamos, enfrente nuestro habían puesto un televisor donde nos estaban pasabando una película pornográfica. Yo la ví y dije: "porque siempre filman al tipo? Es horrible!" Cuando me dí vuelta, estaba el tipo atrás mío, creía que era él porque tenía la misma nariz y ofendido, se fué.

Estaba con Xavier B. en un recital dentro de un sucucho tipo sótano todo oscuro. La música era un metal muy pesado y Xavier me decía - Huy que bajón la música, pero lo bueno es que todos bailan - me di vuelta y todos saltaban de acá para allá moviendo la cabeza para todos lados, era divertida. Sonaba mas o menos así: e|---3h5p3-0----3h5p3-0----3h5p3-0--------| B|----------------------------------------| G|----------------------------------------| D|-2---------5----------7----------5-5-5-5| A|-2---------5----------7----------5-5-5-5| E|-0---------3----------5----------3-3-3-3|

Estábamos (no me acuerdo con quienes) en una habitación totalmente iluminada. No había piso ni pared, todo luz, todo blanco. En esa habitación habían dos persona más. Eran malas, estaban vestidas como superhéroes, con capa y traje aunque muy sencillos, uno era verde y el otro no me acuerdo. Por las paredes, apareció la pala de una topadora gigante amarilla y agarró al verde y se lo llevó. Eran dos máquinas gigantescas como las de CAT, color amarillo dorado. Venían a salvarnos y nos quedamos charlando con ellas afuera de ese lugar, que era oscuro y de noche mientras andaban.

Estaba en mi casa, aunque realmente no se parecía donde vivo actualmente. La casa era oscura iluminada con luz artifiacial pero de muy mal modo. Mis padres no estaban, habían fallecido o algo así. Yo dormía en una pieza que tenía una cama matrimonial con una cama cucheta al lado. En la cama matrimonial dormían mis padres cuando vivían allí. Cuando me fuí a dormir a mi cama (la cucheta de abajo) me encontré con una vedette, era morocha y conocida actriz argentina aunque no recordaba su nombre. Antes, había dormido con dos chicas m´sa que habían sido rubisa. Cuando me acosté, apareció un señor también actor muy conocido aunque tampoco recordaba ni recuerdo su nombre, estaba con poca ropa, calzoncillos y remera, no se si medias y algo como una bufanda. Era canoso pero se había teñido el cabello de castaño claro. Me miró totalmente sacado con los ojos desorbitados y me dijo gritando: "Que haces?!?! Esa es mi cama! Esta es mi casa! Esta es mi mujer!" Yo me enojé y le dije que la c...

Iba viajando a pie por una ruta que era mezcla con ciudad y zanjón. Llegué a la casa de unos tíos, creo quer era de mi tío Miguel M., aunque la casa era totalmente diferente, paredes finitas y muy altas de color rosadas. Ahí dentro creo que me encontré con mi amigo Xavier B., y le dije que le iba a presentar a Natalia M., que justo estaba llegando. Aparecí en una casa que resultó ser de mis primos Palumbos aunque no lo era realmente. Yo dormía en un entretecho que era como un pasillo donde justo entraba el colchón. Por una ventana se veía otra pieza y por la otra, la pieza donde dormían mis tíos, estaba oscura y vacía aunque era gigantesca como una cancha de basket. Después aparecí en la casa de primos Palumbo pero esta vez la verdadera, en el patio. Estaban todos sentados y Natalia tenía rollers puestos, esperándome para que fuera con ella. No recuerdo donde estaba pero me iba a ir de campamento o algo así y para cambiarme rápido me puse una camisa roja muy llamativa y unos pantalones...

Mis padres se habían echo una casa en Santa Fé. Estaba bueno porque podía visitar a Natalia. La casa era horrible, toda de hormigón visto. En la entrada habían colgado un montón de juguetes de playa (rastrillitos, palitas de plástico) de muchos colores primarios, se veía muy feo. Adentro, la entrada era gigante pero oscura, iluminada con tubos fosforescentes. Las paredes no llegaban hasta el techo y eran muy finitas. Mi pieza y la cocina eran el mismo lugar. Mi cama estaba al lado de la mesa para comer aunque yo dormía en el piso, pero la cama era cucheta así que estábamos jugado de espacio. Mi papá me regaló un biombo de tres partes de madera maciza pero no entraba, si podía abrir a lo largo de la cama y nada más.

Estaba en mi casa. Tenía un oso de mascota pero no se veía como un oso sino como un perezoso gigante. Le preguntaba a Natalia M. "Para que sirve un oso?" y Natalia M. me respondió "Es re lindo, para abrazarlo" y lo abracé y se sentía calentito

Estaba en un campo, en una habitación oscura y llena de televisores y plasmas. Cuando salimos, estábamos en la playa. Nos fuimos bien al final de ésta y conocimos a unas chicas con las que nos hicimos amigos con mis hermanos. Luego intentamos volver pero había que hacerlo por una ciudad donde mi hermano se perdió. Ahí ya estaba amaneciendo. Seguimos con un auto por un sendero al lado del mar (era como si todos lo manejáramos al mismo tiempo). Yo me acordé que había dejado unos aviones de guerra encendido así que a nuestra derecha se veían un montón de aviones volando caóticamente en el cielo. En un momento, íbamos caminando por el sendero y vi a los aviones en medio del camino, esta vez de 5 cm de largo, eran de juguete, no habían funcionado. Seguimos en auto donde manejaba mi prima Virginia M., tratábamos de ir a Potrerillos pero era muy tarde. Cuando llegamos, era todo verde, iluminado por el atardecer cálido y en pleno otoño. Lleno de lomas como una cancha de golf gigantesca. Virgin...

En una misma habitación para estudiantes, dormíamos mi hermano Matías M., Natalia M. y yo. Natalia y yo dormíamos en una puerta que daba a un patio. Al otro día nos despertamos, y Matías había puesto hileras de hasta 5 o 6 cuchetas sobre su cama pero de camas flotantes clavadas a la pared, como una biblioteca y en cada cama dormían hasta 6 personas. Yo le dije que eso lo había echo porque Natalia dormía con nosotros y me dijo que sí. Matías era petiso y gordo, de rasgos indígenas. En eso, abrimos una puerta y habían pasillos gigantes amueblados de lujos, que interconectaban todas las casas de los estudiantes de ese lugar, nos metimos y terminamos en una especie de shopping con escaleras mecánicas que flotaban en el aire de forma circular. Yo me perdí en una de ellas y no podía bajarme hasta que me dí cuenta que era muy insegura, cualquiera se podría caer por lo que no podía ser real.

Estaba en una habitación de 30 paredes (eran facetadas con entradas y salidas). Habían 30 parientes de Natalia M. todas tratando de aconsejarme algo. Como era todo a la vez, no les daba bola.

Iba por la ruta o por una ciudad perdida. Tenía que tomarme un micro para ir a la facultad a presentar un trabajo de fotografía pero me dispersaba. Estaba amaneciendo con un sol fuertísimo de colores anaranjados sobre la ruta. Llegué a la facultad pero rindiendo un examen con párrafos intercalados en blanco como respuestas.

Estaba con un grupo de compañeros de diseño, pero al único que conocía era a Agustín B. Fueron a una casa con una ventana que era como un hueco muy grande, Estábamos todos desnudos. Habían contratado a una mujer y dos gays. Comenzaron a hacer una orgía. Yo los observé desde afuera, sin participar. No formaba parte de esto. Cuando terminaron, se fueron. Agustín me dijo que se iba a juntar de nuevo otra vez y se fueron todos. Ví la ventana y me acordé que era la casa de mi vecina Mónica S. que había fallecido. Me metí, y adentro estaba mi tío Enrique M. y sus hijos. También estaba mi hermano Matías arreglando una notebook. Era de noche, como las 4 de la mañana.

Estaba duchándome en la entrada de una casa, en una vereda. Las paredes eran de piedra. Estaba en una esquina. La entrada era redondeada. Salía a caminar desnudo por la calle mientras me enjabonaba. Comenzó a aparecer gente en la otra vereda y eso me dio vergüenza. Así que me volví. Del otro lado de la pared, hacia la vereda, Carlos C. (profesor de batería) hablando con alguien. Ese lugar era algo o la entrada a algo. Yo trataba de esconderme aunque quería saludarlo. Moví una reja pero era muy cortita.

Estaba en el baño sentado en el inodoro, totalmente desnudo, era de noche. Miré hacia adelante y la puerta estaba abierta. Daba hacia la vereda por donde pasaban autos que venían hacía pero pasando por debajo ya que la avenida continuaba en un túnel por debajo de mi baño. Como una autopista. Antes de tomar la bajada, la gente se tapaba los oídos para que no les doliera o se les taparan-

Estaba con Natalia M. De repente le digo: - Sos Thalia? - . - Si - Me contesta. En ese momento pensé - Yo sabía que Natalia era una celebridad - . Y le pregunté: - Porque te operaste las costillas flotantes? - . - Es que en ese momento los cuerpos se usaban así - .

Estaba en una reunión donde todos se habían ubicado en círculo cada uno con su guitarra. Las guitarras eran enormes y criollas. Era un lugar oscuro, iluminado por velas. Contaban anécdotas graciosas sobre la vida. De por medio, tocaban alguna que otra canción católica (en esos momentos me aburría y me iba). Estaba en mi casa y me acordé que me tenía que juntar a estudiar con Natalia M., pero había llovido y tenía que salir a trotar al parque, a la siesta, pero me había quedado dormido. Le pedí el auto mi mamá para ir porque vivía muy lejos. El auto era un Citröen de color negro muy futurista. Mi mamá estaba enojadísima porque vivíamos en un barrio privado y habían quitado todas las casas alrededor nuestro y habían echo de la calle enfrente nuestro, una autopista que serpenteaba y una calle gigante que atravesaba todo (porque toda la calle serpenteante se cerraba en un círculo). Iba por una ruta que doblaba hacia la derecha. Llegué a una subida a 90º y el auto mío empezó a subir hasta...

Estaba en el departamento de Natalia M. duermiendo y quería desperarme. Para eso, el departamento debía convertirse en un plato volador echo en PRFV (como las piletas, del mismo color celeste y todo) cubriento las paredes interiores y poder volar.

Estaba viendo unos dibujos animados de Liniers. En la presentación decía que lo había animado Jermindo Osobutski.

Llegaba a Santa Fé y estaba solo. Comencé a salir de la estación de colectivos. Se acercó un flaco y me invitaba a revelar unas fotos o algo así y me seguía siempre al lado mío. No me lo podía sacar de encima. Me rodearon dos flacos más y me acorralaron entre lso tres, era peligroso. Yo muy sacado y agresivo les dije - Basta culiado! No voy a ningún lado! -

Estaba con Natalia M. en una casa muy chiquita. Dormíamos en una habitación con un ventanal en vez de pared que daba a un puente en medio de un bosque. Pasaba mucha gente y eso me hacía sentir incómodo. El ventanal y esa pared desaparecieron. Luego comenzaron a desaparecer las paredes y quedamos solos en el bosque aunque el suelo era de piedras con cemento y agujeros con canteros

Me había juntado con un grupo de gente en la playa. Estábamos sobre un espigón charlando sentados en reposeras mirando el mar. Eramos todos muy amigos aunque hacía poco que nos conocíamos. Al otro día, desperté en la casa de mis primos Palumbos y llamé a uno de los chicos con los que había estado la noche anterior. Cuando colgué, me dí cuenta que lo que había pasado el día anterior, había sido un sueño, y que había llamado andá a saber a quien a Buenos Aires durante media hora. Fuí a contarle a mi primo Dario P. y le pregunté cuanto había costado esa llamada - 50 pesos - me dijo. Y se los pagué.

Me habían robado un auto. Lo único queme acordaba era que era todo rojo. Todo lo demás, era de color azul.

Estaba en una casa muy grande, muy vacía y oscura, la luz era como una luz de la luna pero sin luna. La casa era antigua y llena de habitaciones en un solo piso sin escalera. Iba acompañado de seres fantasmales aunque no recuerdo sus nombres, solo sus presencias. En un momento, abrí una puerta que daba a un patio interno y habían pasillos que daban a mas habitaciones, la casa era como una ciudad infinita. En ese patio, apareció la cabeza de un perro que saltaba sobre si misma para trasladarse, estaba viva. Era un perro manto negro y habían dos seres mas, uno creo que era otro perro pero de una sola silueta totalmente negra y el otro no lo recuerdo. La cabeza que saltaba, se me acercaba amistosamente pero lo esquivé porque temo a los perros y me mordió una pierna. Lo hacía jugando pero no quería seguirlo viendo. Ilustración: Valentina Candia

Me dolían mucho los dientes, me miré a un espejo, y la hilera inferior, del lado izquierdo, tenía dos dientes superpuestos y un diente finito finto. Los demás estaban bien y parejos. Los superpuestos me dolían mucho. Pensaba que se iban a acomodar o que se estaban desacomodando, aunque desistí y dejó de importarme.

Estábamos en una fiesta con Franco G. y nos habían llamado para que le cortáramos el pelo a la gente (como si pintáramos rostros o sirviéramos tragos, un servicio más.) Era un salón chiquito y de día, con una pared de vidrio. Franco y yo teníamos una máquina para cortar el pelo cada uno. Me toco un viejo que quería que le cortara el pelo aunque lo tenía bastante corto y se estaba quedando pelado. Así que comencé a raparlo pero no me dejaba porque todo el tiempo me interrumpía hablándome y dándome consejos. Franco no había arreglado los precios con la organizadora del cumpleaños así que íbamos a aganar entre 26 y 500 pesos cada uno. En un momento me perdí y hicieron tomar un colectivo, me iba a sentar y había una camperita de mujer cortita y abierta adelante. Me la puse. Me dí cuenta que el colectivo me estaba llevando muy lejos de la fiesta y pedí bajarme. Bajé y me miré en un reflejo. Parecía una mujer. Entonces me quité la camperita blanca que había encontrado en el micro y la tiré a...

Estaba en una plaza con cerámicos en el suelo y había plataformas que flotaban en el aire, tenían cerámicos y forma de almohada. Yo podía saltar de uno al otro sin miedo a caerme, estaban alineados caóticamente y en diferentes niveles de altura. Me empezó a molestar la piel, la sentía ardiendo y era incómodo. - Tengo que apagar la estufa - pensé, pero la estufa estaba al lado de mi cama, en otro plano de existencia pero estaba flotando sobre una plataforma a punto de saltar a otra. Se me ocurrió que para apagar la estufa tenía que despertarme, apagarla y seguir durmiendo -. Ilustración: Franco Glellel

Estaba en el costado de un Museo y vi dos aves: un águila gigantesca junto a otra que tenía plumas también en las patas como las aves muy primitivas y las usaba como timón (no tenía la cola muy desarrollada) y para dar algunas bocanadas de aire. Cuando bajé la vista, habían dos chicos que las tenían atadas con un alambre y pegaron un tirón para bajarlas y guardárselas. Quería buscar a mi mamá para contarle sobre el águila de 4 alas pero pensé en tratar de liberarlas así que bajé a la sala de computación del museo donde siempre iba el chico que tenía las águilas y se las pedí porque lo que hacía en realidad era ilegal. Me pasó una bolsa de consorcio llena de aves adentro y se la di a mi mamá. La abrí y saqué un loro rojo con cyan y verde, lo liberé. Sus plumas eran cuadradas y transparentes como un vitró, volaba por encima mío y se me posó un rato sobre la cabeza como agradecimiento y se fué. Luego mi mamá me comentó que había liberado todos pero que algunos no los había podido salvar ...

Estaba pasando algo pero se veía como una película. En una cabina estaban viajando a la luna o a otro planeta, como si fuese un avión pero en cápsula: Robert de Niro, una mujer, Derek Paravacini y un par de tripulantes mas. La cabina era de color naranja. En un momento, tenían que viajar a mucha velocidad, o pasar un campo extraño, en el que tenían que aguantar y Derek no podía, porque es autista, entonces trataban de calmarlo (le decían - aguanta 30 segundos nada más! -) pero se ponía inquieto hasta que neutralizó. Aparecieron todos desnudos porque el campo que pasaban, comenzaba a inflarlos. A De Niro se le infló considereablemente el pene y cuando la mujer lo vió, comenzó a practicarle sexo oral en frente de Derek, que no veía nada porque también es ciego. Yo lo veía y decía - No puede ser! - y me di vuelta para ver que opinaban los otros que también estaban viendo la película pero atrás mío estaba todo oscuro, negro y no había nadie, con quienes estaba, estaban en realidad conecta...

Fui a rendir Sociología pero en vez de la Facultad, estaba en mi colegio primario, en uno de los cursos. El profesor titular, era la ayudante de cátedra de Historia, Alejandra. Ella me tomó. Me preguntaba un tema y lo único que sabía era que tenía que decir una oración que tenía la palabra "porqué" y nada más. Ella me lo hizo notar y yo le dije - Si ya sé, tenía un "porqué" pero no me acuerdo nada más - y pensaba y solo me acordaba de la palabra "porque". Fui desaprobado porque no sabía mucho.

Estaba en un hospedaje con mis viejos. No recuerdo que era exactamente pero tenía un lugar para comprar comida donde hacías fila,y terminabas en una neverita arriba de una silla, donde dentro de la misma, estaba la comida y la gaseosa. Te atendía un viejo pelado con una gorra. Cuando llegué, me sirvieron un vaso con Sprite. Yo quería una botella entera y una pizza, las pedí y el viejo me dijo - No nos queda comida -. Dando vueltas por el hospedaje, estaba mi profesor de guitarra Sergio B. que vivía allí. Siempre estaba dando vueltas y era conocido. Vivía en el sótano del lugar y era mas parecido a Rubeus Hagrid de Harry Potter que a sí mismo. Decían que cocinaba muy mal pero en ese momento se estaba haciendo unos sanguches de jamón que se veían bastante ricos. Salí afuera, era de día y estaba en un parque con paredes blancas laberínticas. Me puse a arreglarlo un poco; a acomodar unos arcos de fútbol y a hacer unos pozos no recuerdo bien para qué. Por un pasillo del laberinto, aparecier...

Estaba buscando a mis papás para comerme unas pizzas con ellos. Pasaba por callejones oscuros a plena noche y no los encontraba, hasta que llegué a un barrio muy oscuro donde en medio de la calle, mis papás estaban comiendo pizza. Yo estaba con alguien alto y de cabello castaño claro o rubio, no me acuerdo. Aparecí en una casa muy antigua y grande, casi una mansión en medio del campo. Ese día tenía mucha luz. En la casa había una habitación muy extraña y cerrada que había utulizado alguna vez para ensayar música con unos amigos. Los amplificadores los colocábamos dentro de algo que parecía una hoguera o churrasquera, como un asador. Salí de la casa y y era de noche, oscuridad total. Detrás de unas rejas, estaba un perro que tenía seis patas y se movía como una serpiente, similar a un dragón chino pero muy chiquito y negro, perro estilo cusquito. Lo vi y dije: - No es nada, es una parodia sin sentido como hacen en Los Simpsons -.

Desperté en mi casa pero en otra pieza, que era muy grande. En la misma habitación estaba Natalia M. Entraron mis papas con mi tío Alberto y mio tía Sari y mi papá dijo: - Llegamos, se acabó la joda! - Natalia desapareció y yo noté que yo no tenía ropa, entonces busqué algo para ponerme. Me puse un calzoncillo, una maya y otro calzoncillo encima. De ahí salí afuera y estaba lleno de gente porque era el cumpleaños de mi papá supuestamente. Yo estaba vestido normalmente y era de noche. La casa era una mezcla con escuela secundaria. El patio era muy grande y estaba al lado de un pasillo. Había otro pasillo detrás paralelo a este, el cual comunicaba con un buffet, donde nos habíamos pedido unos picles con Natalia, pero no los traían. Con Natalia estábamos en el patio y nos fuimos a un tablón tipo barra para pedir algo en la fiesta y apareció un viejo muy feo, pelado y gordo y le quiso preguntar algo, pero lo hizo de una forma muy desagradable que la incomodó. No teníamos mas de 20 años. El...

Estaba en el patio de mi colegio secundario aunque no era exactamente igual. Estaba mezclado con un Museo o un Zoológico. Habían muchas personas conocidas aunque realmente no las conocía. Estaba lleno de pájaros, como una plaga, como un enjambre de abejas por todos lados. Habían faisanes aunque realmente no eran los mismos. Se parecían a un ave andina aunque no recuerdo el nombre y eran azules platinadas. Habían pavos reales, de las especies: pavo cristatus y pavo muticus, cuando miré bien al muticus, en realidad era un pavo spalding (híbrido entre cristatus y muticus). De repente, me dí vuelta y había un pavo real rosado con forma de esfera como una lámpara, que caminaba con la gracia de una geisha japonesa y habían mas especies con otras formas y colores. Mire a uno de los faisanes y tenía a sus hijitos pequeñitos alrededor de él, que eran muchísmos, como pececitos. Miré al suelo y habían muchas aves muertas que ya habían cumplido su ciclo de vida en el aire, iban cayendo de a una o ...

Estaba en una fiesta pero de día en un salón muy amplio. Parecí que estaba en la casa de alguien. Estaba con mi prima Virginia M. y mis amigas Carla G. y Valentina C.

Estaba comprándome una guitarra eléctrica que iba a hibridizar con la guitarra que hice. Me iba a comprar una con cuerdas de nylon pero terminé comprándome una con cuerdas de metal.

Estaba en un patio de paredes blancas donde estaba una mesa redonda. En la misma, habían tiras de negativos fotográficos supuestamente míos. Los negativos eran el doble o el triple de grandes que un negativo normal y las imágenes en vez de estar en negativo, estaban en positivo. Comencé a mirarlas, y las fotos eran capturas pornográficas y me asusté. Comencé a pasarlas y las fotos cambiaban. Entonces las tomé de nuevo y las volví a pasar frente a mi familia intentando demostrar que no eran mías porque me sentía un poco perseguido. Las fotos no eran las mismas, ahora se trataban de fotos de mi niñez. Luego volví a pasarlas y esta vez eran fotos de mi papá cuando era pequeño y a medida que las pasaba seguían cambiando intercalándose con paisajes y fotos antiguas.