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Celular roto

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Era de noche, caminaba en una ciudad que daba a una costa y me asaltaron, sin armas. Le dí mi celular pero no le pedí que me lo devolviera. El asaltante me dijo que me lo devolvía pero roto y lo tiro a un pozo con agua, como un charco profundo. Cuando saqué el celular, estaba entero pero conla pantalla trizada. Lo lleve a casa, a veces tenía el tamño de una mano y a veces de un televisor. Tenía una doble pantalla dentro de la misma, una capa superior de cuarzo que daba la hora y otra inferior de LED. Se había roto la de cuarzo y no daba la hora. Pensé en pedirle a mi madre que me comprara otro, no tenía noción de tener un trabajo y poder comprarlo yo.

La ola

Estaba en una casa estilo fin de semana. Estaba acompañado de 2 o 3 mujeres, aunque no recuerdo quienes era. Había un pileta grande y un quincho. El día era totalmente soleado y celeste. Ahí nomás, estaba la costa. Una playa muy linda pero, el agua comenzó a retirarse de una forma muy extraña - Me parece que viene un tsunami - pensé en voz alta. Miré hacia la ciudad y una ola gigante venía sobre los edificios. Cayó por encima nuestro, el agua aplastaba de una forma que no se podía soportar, no se podía respirar y algunas veces se podía respirar debajo del agua. Pero se sentía todo el tiempo como si el agua pesara mucho y te aplastara por completo, por todos lados.

Viajando

Llego a mi primer gran viaje. El lugar estaba bueno, en meio de una montaña habían departamentos dentro de las montañas, ingresábamos por un panatano de agua trasparente. Volví a Mendoza porque me había olvidado una cosas que tenía que traer. Cuando estaba allá tomé conciencia que había utilizado el pasaje de vuelta y no tenía como volver a las vacaciones, podría salir en un avión mismo desde Mendoza pero estaba corto de plata, no sabía si me iban a dar el pasaje sin anticipación. Había tomado el avión de ida desde Rosario.

Aquel pantalón negro

Vivía en Mendoza, volvía a conocer a Danisa P. y a salir nuevamente. Estábamos en una casa que era de mi viejos pero igual a la de mis primos de Tupungato. Dormíamos todos aunque era de día. Todas las puertas tenían un hueco arriba o abajo de unos 20 cms, podía escucharse todo lo que pasaba en todas las habitaciones hasta en el baño. Yo dormía con Danisa. Era todo muy raro, muchos años, muchas cosas que nunca habían pasado y podían pasar, pero no pasaron. Fuí al baño y me cambié. Me miré al espejo y mis rasgos habían cambiado, percía un chico de 18 años pero no era yo. Rasgos flacos pero huesudos, el pelo negro y lacio. Volví y me topé con mi madre y mi hermana - Tenés la cara cambiada - Me dijo mi vieja, y mi hermana asintió con la cabeza. Fuimos a una fiesta con Danisa y toda la familia. La fiesta era como un casamiento o un cumpleaños de 15. Estaban todos mis primos. Dentro de la fiesta había un apartado, como una pequeña casilla dentro de un galpón gigante. Estaba toda la fam

Tesis

Tenía que presentar latesis de la facultad. No se hacía en el edificio sino en una  casa vieja. Había olvidado hacer afiches y prsentación. Estaba haciendo una portada pero no me gustaba, empecé a buscar un proyector  para improvisar una presentación rápida. Aparece un chico para rendir y coloca todos los afiches en el piso. Su tesis era el antidiseño, contra todo estereotipo solial. Los profesores lo aprueban y lo felicitan. Me pasan una jarra redonda con agua, es para que tomen los que van a rendir a modo de bautismo. Yo la dejo y me olvido de ella, desesperado por hacer la presentación

Celular

No recuerdo que le había pasado a mi celular, pero me había tenido que comprar otro. Parecía un celular viejo pero nuevo. Tenía la pantalla chica como los celulares de antes, pero a color, muy baja definición, cada pixel eran como 3 mm. Tenía las mismas aplicaciones que cualquier celulares, colores muy fuertes.

Colectivo

Estaba con mi papá en un colectivo que se había comprado. Era el más grande del mundo, prácticamente una casa, 2 pisos de alto. Sobre e mismo, llevaba 2 lanchas. Le pregunté para que se lo había comprado - Para viajar - me contestó. Aparecimos en una biblioteca monstruosamente gigante y oscura, era también un museo de peces. Todos los pasillos curvos y laberínticos apuntaban todos al mismo lado. Era de noche y las paredes y pisos eran negras. Lo que me llamaba la atención de todo esto, es que tanto el colectivo como la biblioteca, la había comprado mi papá sin las órdenes de mi madre, todo por su cuenta y con mucho optimismo.