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Mostrando entradas de 2020

Peques

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En la terraza de una casa donde vivía, de noche encontré peques muy flaquitos y chiquitos. No eran mas altos que una taza. En una jaulita, le habían dado vida a unos adornos de porcelana y juguetes que ahora podían hablar y cantar. También a los personajes de unas fotografías.

Gato en la terraza

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Estaba en mi casa pero era otra muy diferente. Venían mis padres a visitarme, desconocía como habían hecho en plena pandemia. Cómo se habían tomado el avión, como los habían dejado venir. Yo vivía en una casa de 5 pisos, era toda oscura. Cuando subo a la terraza me encuentro con un gatito cachorro, era blanco y atrigrado con machas cuadradas color crema. Hacía día que no comía ni tomaba agua. Le faltaba una pata delantera. Bajé a buscar leche en la heladera pero no encontré. No tenía donde comprar tampoco y me tenía que ir a cursar Legislación Industrial a la facultad. Me estaba desesperando. Había visto el mismo gato en otros momentos, pero adulto grande y gordo.

Ciudad

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Estaba en una ciudad muy extraña, algo como Buenos Aires. Me había ido intentando escapar, estaba en una habitación muy grande pero era como si viviera ahí desde mucho tiempo, no sabía donde guardaba la ropa pero de a poco la iba encontrando.

Casa de Godoy Cruz

Estaba con Josefina M. en una casa donde había vivido entre los 10 y 12 años, en Godoy Cruz, Mendoza. La casa era muy grande, de dos pisos. El problema es que las paredes y los pisos estaban todos pintados de negro, pero de una forma delicada, con mármol y buena terminación. Cuando subimos al segundo piso, había una escalera que llevaba a un baño al que se accedía por una ventana, y el inodoro estaba pegado a la mesada. Mi papá la usaba para guardar herramientas. Ahora estaba solo, en un comedor se encoraban mi gata Quendi y otra gatita que teníamos, pequeña y manchada negro con blanco, no recuerdo su nombre. Quendi tenía un año de vida como mucho, había roto todo el papel higiénico y las servilletas de papel. Me fijé y no tenía comida, empecé a buscar comida para gatos, encontré una bolsa vacía y otra llena pero no sabía su fecha de vencimiento. Encontré una caja donde le colocaba la comida, pero estaba llena de tierra y cosas de electrónica. Pensé en buscar un platito.

Nueva normalidad

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Todo había vuelto a la normalidad post pandemia Covid-19 Trabajo: Volvía a las oficinas como si nada hubiera pasado. Todo estaba diseñado de otra manera. Me puse a trabajar con un compañero, Walter M. Comenzó a crecerle el pelo con rulos largos y finitos, muchas barca. Como si hubiese estado así durante toda la pandemia desde casa. Casa: Volvía a casa a las 6 de la mañana. Era de noche. Era la casa de mis padres pero estaba todo oscuro y nunca había conocido ese lugar en mi vida. Adentro habían primos, amigos de mis hermanos y gente desconocida. Las luces eran todas amarillas. Al salir de esa casa me encuentro a una chica que desconocía por completo y me miró indignada. Le pregunté quien era y me contestó que  mi futura esposa. Me mostró a su hijo de 3-4 años, flaquito, chiquito, muy blanco y muy rubio. Acaso era mío? Desapareció y me dejó al chico, que lo perdí adentro de un shoping.

Amor raro

Estaba de novio con una cicha, pero en realidad estaba enamorado de Josefina M. Con esta novia, no había sentimiento, ni contacto físico, solo una formalidad. Con Josefina habíamos tenido reiterados encuentros como amantes.

Mi vieja

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Estaba viajando con un colectivo urbano de línea por el país. Atravesaba lugares que no existen, pero que conocía y había visitado. En eso, mi madre si levantó de su asiento y bajó. Se fue a un bulevar y se sentó a hablar con un agente de tránsito. El chofer avanzó un par de cuadras, me paré y le grité que se detuviera. Me bajé y salí a buscarla, no la encontraba, estaba desesperado. Bajé a una estación de trenes y tenían una feria de ropa, mi mamá hablaba con los vendedores distendidamente. Le pedí volver al colectivo, pero no le importaba

Marte

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Viajaba a Marte en forma automática, sin viaje. Allá me encontraba en una refugio que había sido abandona  en no mas de 2 días. Tenía camas, comida, podía lavar ropa, afuera había oxígeno. Miraba mi celular para ver la hora y eran las 4 de la mañana. Me asusté porque tenía que volver a casa. Aún vivía con mis padres. Luego me dí cuenta que en Marte la hora era distinta, al observar de nuevo, eran las 10 de la noche. Cambié de pieza hacia la cocina y encontré la cocina. Los hornos tenían botones manchados con palta. corrí una cortina de plástico, como de ducha y adentro había un inodoro. Se podía salir del refugio sin riesgo de asfixia.

Vomitando basura

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Era de noche, todo se veía oscuro, pero se veía. Me sentía muy descompuesto y vomitaba. Al ver la votimada era igual a la basura, con etiquetas, partes de plástico, olor a podrido, etc. Todo teñido de negro.