Durmiendo
En una misma habitación para estudiantes, dormíamos mi hermano Matías M., Natalia M. y yo. Natalia y yo dormíamos en una puerta que daba a un patio. Al otro día nos despertamos, y Matías había puesto hileras de hasta 5 o 6 cuchetas sobre su cama pero de camas flotantes clavadas a la pared, como una biblioteca y en cada cama dormían hasta 6 personas. Yo le dije que eso lo había echo porque Natalia dormía con nosotros y me dijo que sí. Matías era petiso y gordo, de rasgos indígenas. En eso, abrimos una puerta y habían pasillos gigantes amueblados de lujos, que interconectaban todas las casas de los estudiantes de ese lugar, nos metimos y terminamos en una especie de shopping con escaleras mecánicas que flotaban en el aire de forma circular. Yo me perdí en una de ellas y no podía bajarme hasta que me dí cuenta que era muy insegura, cualquiera se podría caer por lo que no podía ser real.