DIARIO DE MI OTRA VIDA

 Volvía a la empresa donde trabajaba antes para saludar a mis ex compañeros. Parecía estar ubicada en San Rafael, Mendoza, pero nunca estuvo allí. Costó encontrarla dentro del edificio, ya que la planta superior estaba siendo usada para un centro comercial. Pasando unas escaleras encontré a 3 ex compañero míos hablando. Al primero no lo reconocí pero a los otros 2 sí. El primero si me reconoció.

 Estaba en un lugar gigantesco de color blanco, no habían paredes ni pissos. Habían esculturas de colores gigantescas con forma humanas y artistas en el medio. Los artistas podían cantar y pintar, eran blancos y estaban pintados de blanco. Habían pantallas tridimensionales flotando. Todo era en vivo y habían espectadores entre las obras, se podía hablar con los artistas mientras trabajaban.

Estaba en la terraza de mi departamento. Para mi sorpresa las macetas estaban con tierra infértil, arcilloza y agrieta. Había muy poca planta en cada una, como si faltara alimentarlas, mejorar la tierra y creer. Quise tocar la tierra y me encontré que sobre la tierra había una gelatina gruesa, como un hongo del color de la arcilla, que se podía quitar. Debajo, estaba todo el matorral de plantas en cada maceta. Comencé a limpiarlas una por una sin saber que lo había provocado.