Aquel pantalón negro

Vivía en Mendoza, volvía a conocer a Danisa P. y a salir nuevamente. Estábamos en una casa que era de mi viejos pero igual a la de mis primos de Tupungato. Dormíamos todos aunque era de día. Todas las puertas tenían un hueco arriba o abajo de unos 20 cms, podía escucharse todo lo que pasaba en todas las habitaciones hasta en el baño. Yo dormía con Danisa.
Era todo muy raro, muchos años, muchas cosas que nunca habían pasado y podían pasar, pero no pasaron.
Fuí al baño y me cambié. Me miré al espejo y mis rasgos habían cambiado, percía un chico de 18 años pero no era yo. Rasgos flacos pero huesudos, el pelo negro y lacio.
Volví y me topé con mi madre y mi hermana - Tenés la cara cambiada - Me dijo mi vieja, y mi hermana asintió con la cabeza.
Fuimos a una fiesta con Danisa y toda la familia. La fiesta era como un casamiento o un cumpleaños de 15. Estaban todos mis primos.
Dentro de la fiesta había un apartado, como una pequeña casilla dentro de un galpón gigante.
Estaba toda la familia de Danisa y me presentaban. En la punta de una mesa había un grupo de señora que venían a traer una reserva de un pretendiente de Danisa que la invitaba a salir.

Fuí al baño por un momento y me había equivocado de pantalón, tenía otro puesto, era un jean azul. Mi pantalón era de vestir negro. El mío estaba sobre una silla. Fuí al baño a cambiarmelo y me quedaba chico tenía elásticos por arriba, no era el mío. Estuve todo el tiempo buscando mi pantalón. Pensaba - la dejé plantada a Danisa - pero estaba convencido que no podía presentarme así.
Termine en un galpón de mecánica de camiones, con una bolsa llena de cosas. Comencé a busca mi pantalón, siempre parecía que lo encontraba pero cuando me lo ponía, cambiaba de forma y de color, siempre era otro. El galpón comenzó a llenarse con la gente de la fiesta como si fuese parte de la visita. Yo estaba en calzconcillo, sin pantalones.

Al otro día fuí a la tienda donde había comprado el pantalón. Caminaba por calles totalmente desconocidas, pero sabía donde estaba todo. Una cuadra antes de llegar, pensé - No me van a devolver el pantalón si no lo tienen, si tienen uno igual, me lo van a vender -.

Después pensé cual había sido la causa de todo, seguramente era mi inseguridad.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las cajas

Jamaica

Huerta bajo techo