Abeja

Estaba en la tribuna de un estadio, había un niño comiéndose un sanguche y del mismo, salió una abeja que el colocó en la boca de su hermanito, y esta salió y se colocó en mi hombro. La abeja era naranja fosforescente, peluda y muy gorda, como un zángano. Empezó a zumbar en mi hombro al lado de mi oreja con un sonido muy fuerte y molesto, irritante. Yo no podía girar, ni moverme.

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