Cangrejo

Caminaba con Natalia M., por una vereda similar a la verdea de piedra sobre calle Belgrano en la UTN de Mendoza, pero esto ocurría en Santa Fé. Natalia e señaló un cangrejo gigante del tamaño de una mochila en el costado de la vereda - Un cangrejo mirá! - me dijo y se asustó. Quería que nos corriéramos a un costado, no seguir caminando por ahí. Le dije que estaba muerto, porque solo se veían pedazos.
El cangrejo comenzó a moverse como inflando y desinflándose, a respirar. Cobró vida y empezó a trasladarse.

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