Perros
Vivía en una casa con mi familia. La cuadra era blanca y vacía. Solo en nuestra casa había una puerta que ingresaba a un cuarto pequeño.
Fuera de la casa, en la calle, había una jauría de 3 perros: uno negro, uno marrón con blanco y un caniche blanco de tamaño grande. Eran perros que te perseguían y al atacarte, te convertías en otra cosa o te mataban o enfermaban. Huíamos de eso.
Una vuelta salimos a la calle con mi viejo y aparecieron detrás nuestro. Empezamos a correr dando la vuelta a la manzana. Terminaba de dar la vuelta cuando me dí cuenta que había perdido a mi papá. Miré hacia la calle, y los perros venían de costado, perpendicular a la vereda, hacia mí. Cuando fueron a atacarme pensé "Esto no debe existir" y los perros desaparecieron, se esfumaron en el aire. Ahí tomé conciencia de que yo era el dios de ese mundo, era quien movía las piezas.
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