En la escuela primaria
Estábamos rindiendo Legislación con Xavier B. y nos hicieron rendir en dos días, uno para el escrito y otro para el oral. Cuando fuimos a buscar la nota, era todo caótico. Estábamos en un galpón iluminado gigantesco, la luz era enceguecedora. Encontramos un libro con las notas. Yo había aprobado, Xavier no, aunque sabía que desaprobaría cuando rindiera el oral, andá a saber que otro día, porque no habíamos estudiado casi nada. En el lugar, comenzaron a repartir diplomas o algo así a un montón de gente que se veían como niños con guardapolvos blancos. Me crucé con un profesor de la facultad que no me cae nada bien y lo traté de esquivar pero íbamos caminando siempre por los mismo pasillos hasta que terminé en el patio de la escuela. Me encontraba con un par de amigos más, miré el patio y les dije "A esta primaria yo venía, pero no me había dando cuenta de nada" Cada aula en realidad, era una casa muy muy antigua en diferentes estilos. Me acerqué a una, era donde había cursado 7º grado. Totalmente en Art Nouveau, incluso las vigas eran huecas y orgánicas, con ploter de corte en las ventana con mas motivos, toda de color verde terroso. Las demás casas (cursos) simulaban mas bien a mausoleos, oscuros y llenos de motivos con algunos murales interesantes, de colores vivos y contrastados, yo me acordaba de algunos. Nos metimos a uno y tenía un pasillo justo a la izquierda de la entrada que culminaba con una cascada chiquita y era un lugar de oración, donde uno podía ir a rezar, pero ya no era así. Entramos y ahora era un baño gigantesco como una cancha de futsal. pero tampoco: había sido así, luego de dejar de ser una capillita ahora tenía en el fondo, la cucha de un perro y un corralito con olor a conejo y un montón de colchones con sabanas como si durmiesen linyeras por la noche.
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