Espigas de trigo gigante mezcladas con langostas

Estaba en un living grande, oscuro, de paredes marrones oscuras. Estaba con mi hermana. Por arriba nuestro pasaban espigas de trigo gigantes por abajo del techo.
Cada entrenudo de las espigas tenía una cara como de langosta, y tenía como trozos de caparazón, como costras duras. Yo desprendí una y mi hermana me retó porque le estaba haciendo daño a la plantas, entonces, tomó la costra que yo saqué y la colocó de nuevo. Las caras de las espigas estaban tristes y mi hermana fue a buscar unas inyecciones para ponerles porque no estaban bien alimentadas. Entonces yo pensé - Pero, si les tiene que echar agua y que hagan fotosíntesis - Entonces vino mi hermana y me dijo - El mejor novio que he tenido se llamaba Matías -.

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