Recibiéndome

Estaba a punto de recibirme de diseñador industrial.
El final no consistía en una exposición en un anfiteatro o un aula magna. Se trataba de una ceremonia en una iglesia. La iglesia quedaba muy lejos, en medio del campo. Yo no había preparado nada, iba a exponer algo que no había estudiado. Estaba vestido de joging pero viejo, sucio, manchado, desteñido; una remera y unas zapatillas. No me importaba la exposición.
Estaban mis profesores, esperando.
Había dos habitaciones más. En una de ellas, se celebrara todo con comida, champán, etc.
Yo pensaba que todo iba a resultar una decepción.
Cuando me metí a la iglesia, que era toda iluminada por dentro, me acordé que me faltaba un año todavía para hacer la tesis y no sabía como contárselo a mi viejo.
En el piso, estaban los vidrios de una ventana que se había roto.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las cajas

Jamaica

Huerta bajo techo