Extraterrestres

Estábamos en un lugar como de vacaciones pero no realmente. Era un poblado aislado, donde me encontraba con mi papá y con mi hermana.
Fui con mi papá a hacer un trámite a un lugar. El antes, ya había ido allí. Nos sentamos en par de sillones individuales.
Yo no entendía que lugar era éste, estábamos en un edificio y en secreto, mi papá comenzó a contarme de que se trataba realmente todo esto: Era un lugar manejado por extraterrestres, que raptaban a los mas lindo e inteligente y se lo llevaba en unos colectivo que tenía paredes con estanterías de asientos donde los transportaban. Esto fué lo que alcancé a ver (los asientos eran negros y llevaban cinturón de seguridad):
Miré hacia abajo y encontré un ventana donde se veía un curso lleno de gente linda a la que los estaban educando. Miré hacia el enfrente y encontré justo enfrente mío, otra ventana de donde me veía una chica y cuando se dio cuanta que la había mirado se tapó la cara,(era todo secreto ahí dentro, nada se podía ver).
Entonces apareció una vieja de unos 80 años, petisa encorvada, pelo corto blanco con rulos y se me puso bien cerca, daba miedo, tenía una forma de trato agresivo - Que viste? - Me preguintó -Nada! - Le dije. La vieja podía leer la mente, controlaba todo. - Que hiciste hoy?En que estás pensando? -.- En berenjenas!-.- Habla! -.- Te lo juro! En Berenjenas!-. Entonces se le empezaron a estirar y encojer los dedos de la mano simultáneamente y su piel comenzó a tornarse color verde. Uno de sus dedos se estiró mucho al punto de tocarme una pierna, yo seguía sentado en sillón y mi papá seguía en el sillón de enfrente observando. - Lo que usted hace me incomoda! - Le dije - Callate! Acá no podés decidir! - Mi papá me miraba y no podía hacer nada. El ya había pasado por esto antes, se sentía impotente y entregado a lo que fuera. Entonces, de su dedo alargado, se desprendió un pedazo y se metió dentro de mi piel fundiéndose y todo se torno dentro mío de flashes multicolores e inmediatamente flashes estrobocópicos blanco y negro, con un sentimiento fuerte de angustia y desesperación. Ella se había metido a escarbar mi mundo interior. Se sentía como una droga alucinógena pero en un estado desagradable y en total sufrimiento. Todo mi mundo interior estaba convulsionado y lo sufría mucho. No podía salir de ese estado, era una tortura.

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