Gatos
A medida que mis gatos se morían, yo los guardaba en mi placard. Se conservaban bien, no se secaban, ni se pudrían, simplemente se conservaban. Era un lugar fresco y seco. Ideal!
Tenía un gatito recién nacido y dos gatos más. Entre los que estaba mi gata Quendi.
Teníamos un gato negro con manchas blancas en casa, llamado Kevin, que si estaba vivo. Cada vez que veía los gatos, tenían un color diferente al que venían teniendo. Por ejemplo Quendi, era gris y luego se convirtió en naranja.
Un día abrí el placard, y Quendi comenzó a despertar. Yo estaba muy contento y la saqué del placard. Se movía torpemente como un gato bebé.
Le dí un plato de leche para que se recuperara, para que volviera totalmente a la vida. Kevin pasó a ser amarillo-naranja manchado caprichosamente con blanco, no como machas sino como líneas y esfumados. Cuando Kevin se acostó al lado de Quendi donde descansaba en su recuperación. Resultaron ser iguales, como hijos de la misma gata.
Existía cierta competencia por parte de Kevin y tenía miedo que le hiciera algo. Pensaba cruzarlos algún día pero por su posible parentezco tenía miedo que los gatitos que nacieran sufrieran deformidades.
Comentarios
Publicar un comentario