Hobbit del pantano
Estábamos en un pantano rodeado de montañas. Todo el lugar, el agua, el cielo, las plantas, eran de un colo celeste verdoso esmeralda pero con diferentes tonalidades y todo muy claro, muy nítido y muy brillante. Estaba con otras personas, éramos similares a hobbits y de repente, éramos tan diminutos como una llave. Para entonces, el pantano era mas una inundación que un simple pantano y apareció un colectivo rojo del tamaño escalar al nuestro que se veía solamente el techo y la mitad de sus ventanas, venía con pasajero con reposeras de maderas.
Aparecía en lo que parecía un club o algo así, al lado de unas escaleras era todo blanco, enfrente había un buffet. Nadie me veía porque seguía siendo diminuto, tenía el pelo corto y no tenía remera ni calzado, solamente un jean rotoso y yo estaba completamente mojado. Estaba detrás de una puerta negra. Un viejo la abrió, estaba de traje y me vió. Yo había crecido, era del tamaño de una persona normal, pero ahora tenía barba y seguía mojado. El viejo me miró como si fuese algo bello. Yo tenía una mochila negra toda mojada con dos mil pesos en uno de los bolsillos, pero los había perdido, así que comencé a buscar la forma de conseguir 75 centavos en monedas de 25, 3 monedas, de las plateadas, para comprarme una tortita raspada.
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