Los aros de Natalia
Natalia M. quería hacerse un aro en el ombligo y me pidió que se lo colocara. Era una varilla de 7 u 8 milímetros de diámetro y de unos 4 o 5 centímetros de largo. Era un metal brillante y con secciones como palo de bambú. El arito se colocaba metiéndolo en el ombligo y atravesando el cuerpo hacia arriba y luego bajándolo atravesaba hacia abajo “Ni en pedo te pongo eso” le dije. Natalia se fue y se lo hizo hacer. El ombligo ya no tenía su forma original, se había hecho un agujero que lo atravesaba hasta la espalda “Aproveché porque tengo la espina bífida” me dijo. Alrededor del ombligo tenía unos motivos dibujados hechos con costura, hilo y aguja. “Porque te hiciste eso?” – “Porque me gusta”. Aparte, tenía pensado hacerse unos tatuajes rojos y negros sobre el hombro y el pecho. Entonces pensé en hacerme algo yo. Quería ponerme unos aros tipo grampas doradas pero brillantes esmeriladas, como satinadas. En la oreja quería ponerme aros que rodearan la oreja, dorados intercalados con negro...