Perra
Fuimos a una casa de paredes muy angostas. Habían muchos cachorritos. La madre de ellos había muerto así que le habían conseguido una madre adoptiva. Cuando fui al patio, estaba todo oscuro y vi a una perra con forma humana parada en dos patas. Era una dálmata. Era muy bonita y se lo dije. Me respondió porque sabía hablar - Está bien - Me dijo.
Cuando entré, me puse a hablar con mi prima Virginia y apareció la perra. Era prácticamente humana ahora. La misma piel, pelo negro, etc. Le dije que ella no podía ser un perro y me mostró sus orejas.
Las tenía escondidas debajo del pelo. No me importaba que fuera un perra, a mi me gustaba igual. Traté de conquistarla pero mi hermano se metía y hacía lo mismo que yo. Dormía debajo de un lavatorio y se cortó sus orejas. Le pregunté donde estaban sus oídos y me dijo que los había pegado en las paredes de una galería, en unos parlantes rojos con tela negra
Ella escuchaba todo lo que pasaba por el pasillo. Le mostró los pechos a mi hermano.
Comentarios
Publicar un comentario