Diario de mi otra vida

Estaba de vacaciones con Josefina M. Habíamos ido a África. En un momento la pierdo. Se había ido a Montevideo por el día con mis primas. En el medio me perdí yo en una ciudad. Todo era como Argentina, la gente, el idioma, pero todo pobre y destruido. Yo iba manejando un karting a pedal. Llegué a un taller para arreglarlo, no encontraba como hacerlos y limpie el engranaje con algo que encontré en el taller. El dueño del taller quería cobrarme 37000 pesos por el arreglo. Se parecía mucho a un ex compañero de trabajo, con rulos, pero sus ojos eran gigantes y las pupilas del tamaño de un ojo normal. Le duscuti que lo había arreglado yo, que no me cobrara y yo lo iba a recomendar. Dentro del taller todo era una casa laberintica, había una habitación de piso y paredes de tierra con santuarios y velas en la oscuridad. Habían señoras que me acompañaban, madre y tías del tallerista. Termine en un banco, querían cobrarme 200 dólares anuales por un seguro de accidentes personales, con el que ya ...

Volvía de un viaje, completamente sin ganas de retomar la rutina. Tenía que cursar algún colegio pero me olvidaba de ir, no sabía que materias me habían tocado. Había comprado otra computadora pero no sabía que características tenía. En una estantería de mi antigua pieza de Mendoza, tenía todos mis apuntes. Comencé a revisarlos, en algunos tenía comida en las carpetas separadas por folios. Me di cuenta que estaba todo podrido y que tenía que tirar todo. Encontré la billetera de Franco G. Pensé que se había cambiado por la mía, pero no, la mía estaba. Pensaba devolversela a la vuelta de Santa Fe por correo a Córdoba.

Estábamos durmiendo con Josefina M, estaba todo oscuro y aparte de nuestro gato Lou, apareció otro pequeño, cómo si tuviéramos  más. Los 2 se fueron a otra pieza enfrente de la nuestra que estaba llena de cosas que no usamos. En plena oscuridad ví un ojo que me miraba de costado,  un ciervo de los que se encuentran en los esteros del Iberá. Llame a Jose para mostrarle, y el ciervo se convirtió en caballo.

Salíamos de vacaciones con Josefina M. Y se nos ocurrió ir a Jamaica en el momento de salir. Aparecimos al segundo y todo era distinto. Más colorido, paredes de cerámicos, otra cultura. En un momento Jose no está más, voy por una calle con colectivos, angosta, con grandes subidas y bajadas. Uno de los colectivos era conduciendo por un rastafari que hacía un show mientras conducía. En un momento se hizo de noche al lado del mar y me encontraba con 3 chicas adolescentes que eran amigas de mi hermana aunque no las conocía pero estabamos como si nos conociéramos, yo era adolescente también. Apareci en un tren que terminaba su recorrido en el interior de un hotel, que parecía un shopping. Al salir del tren, me doy cuenta que me olvido la mochila, la busco por horas hasta darme cuenta que la llevo puesta.

Estaba en mi escuela secundaria, era completamente distinta, muy grande.  Me cruzaba con algunos compañeros, eran adultos pero jóvenes. Algunos se hacían interesado pelo. Era un día con mucha luz y mucha gente.  Me fui al anfiteatro que queda en un sótano.  Cómo 4 veces más grandes, lleno de gente y de compañeros de trabajo. Estaban haciendo una evaluación de una materia que daban, como un curso post estudios.  Me pasaron un papelito tipo tarjeta, chiquita, con 4 preguntas múltiple choice. No sabía responder ninguna. Era sobre procesos y temas técnicos. Me quedé hasta el final con el profesor, que a veces era una mujer adulta con rulos y pelirroja desteñida con lentes, y a veces era un chico joven muy reservado y bien vestido. Empecé a revisar y tenía la mesa llena de papeles con cuentas que sacaba, no entendía nada y no encontraba los tarjeta. El profesor me esperaba y me quería ayudar, pero no sé entendía nada. Después encontré otro papel con más consignas, pero re...

Estaba en Buenos Aires por trabajo, aunque ningún integrante del equipo era del trabajo realmente, excepto Seba S. Dormíamos todos en una misma habitación, sin camas, con bolsas de dormir en el piso. Éramos un grupo de 20 o 30 personas, mixto, hombres y mujeres. Por la noche me despierta una chica rubia que tenía enanismo, no me llegaba a la cintura y me invita a salir por ahí. Yo le digo que sí pero me acuerdo en ese momento que tenía una novia. Todos los bolsos y valijas estaban desparramados por la pieza, sobre sillones de madera y el piso. Costaba encontrar una campera o cualquier cosa que hayas llevado. En un momento, nos encontrábamos en un centro comercial muy amplio esperando, todos sentados. No paseábamos, estábamos ahí haciendo tiempo. En eso le pregunto a Seba porque no había llevado plata, yo estaba preocupado por como resolver y le dije que iba a usar plata mía y después reintegraba. Me dijo que no había problema. Me volví en una moto Econo, pero no vivía en Sunchales, era...