Diario de mi otra vida

Era una sala de fútsal, y en ella estaba jugando Menem y sus amigos. Yo me metí a jugar y me sentía desencajado. Empecé a mirarlos a todos y eran todos mafiosos. Decidí escapar y me enganchó uno. Me dió un café y me invitó a un sótano donde había un museo. Entonces volví a subir y me volvió a enganchar el mismo tipo pero ahora, era rellenito, morocho y de bigotes. Ahí me dí cuenta que me estaban engañando. Empecé a huir. Cuando estaba saliendo por la playa de estacionamiento, me cruzaron unos policías y me condenaron a estar esposado junto a otros mafiosos como un trencito en medio de la ruta que era muy peligroso porque te asaltaban, te mataban o violaban. Entonces yo les dije que no podía hacer eso porque yo no había echo nada, que hiciéramos un pacto de silencio. Entonces los policías miraron a un indio que venía con ellos y el indio les hizo un ademán como diciendo "Está bien". Entonces nos tomamos todos de las manos. Eramos cuatro (los dos policías, el indio y yo). Tomam...

Mi hermano estaba enojado conmigo y yo no sabía porqué. Me dí cuenta después que lo había dejado en un boliche con el Escort y no había vuelto con el así que salimos y esta vez, volví con él. Llegamos a la casa y se metió un viejo adentro y lo agarré y lo envolví en una frazada. Lo tiré afuera. Dentro de la frazada, salió una vieja rubia vestida con colores fluorescente rojo y verde limón. Se metió corriendo dentro de la casa, siempre la vi de espalda, nunca de frente. Me empecé a desesperar muchísimo como si fuera a morirme.